martes, 18 de agosto de 2015

Pequeña reflexión sobre el final de Arrow (3x23)

El final de la tercera temporada de Arrow es uno de esos finales con los que sueñas, uno de esos finales idílicos donde esperas que no pase nada que te haga renegar de la serie y todo se quede más o menos atado. Es, además, sorprendente pues en estos 3 años en ningún momento dan a entender que pueda dirigirse a esto la trama -y menos aún tras esta tercera temporada llena de altibajos y acción.


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Para mí es un buen final y, aunque resulta algo brusco (seguramente algunos minutos más le habrían sentado bien a algunas tramas y personajes), lo deja todo atado de una forma que es difícil discutir. Oliver y Felicity no podrían haber acabado mejor, el Canario Negro y Flecha Roja se quedan a las puertas de una nueva vida que promete, y aunque no sobraría un abrazo final de Oliver con Diggle o una postdata de Roy y Thea, todo queda dibujado. 

Tal y como está ahora, Arrow podría convertirse en una serie muy mona de 3 temporadas. Una "Firefly" de los superhéroes: más inmadura y con más defectos, pero que acabarás viendo una y otra vez y que te atrapará en ese universo animado y fantástico a donde (a pesar de los villanos) nos gusta huir de vez en cuando.
 
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